PILSNER URQUELL, LA MEJOR CERVEZA DEL MUNDO
DESCUBRE LA CERVEZA QUE INVENTÓ LA CERVEZA
En 1842, en la ciudad checa de Plzen, se creó la primera cerveza rubia del mundo, Pilsner Urquell. Hasta su aparición, las cervezas que se elaboraban eran oscuras y turbias. Pilsner Urquell fue la primera, la original. Hoy el proceso de elaboración se mantiene intacto, en la misma fábrica de Plzen y con los mismos ingredientes especiales que hace más de 160 años. Con el sabor original y único que la convierten en una cerveza excepcional, apreciada en los cinco continentes.
La Ardosa recibió en mayo de 1998 el certificado de los maestros cerveceros checos de la casa Pilsner Urquell, donde se reconoce que la cerveza que se bebe está taberna es tan perfecta y es la misma que elabora la familia Václav Berka desde 1842 en su fábrica de Bohemia.
EL DESCUBRIMIENTO DE PILSNER URQUELL
Desde los albores de la civilización, la cerveza era un líquido oscuro y turbio… Pero una protesta de los ciudadanos de Plzen (en Bohemia, República Checa) inspiró el cambio que afectaría a toda la industria cervecera y establecería el modelo para todas las cervezas rubias.
El primer maestro cervecero, el joven bávaro Josef Groll, vio más allá de lo establecido y, utilizando los mejores ingredientes locales y un proceso de fabricación único, creó la primera cerveza rubia del mundo. Bautizada “Pilsner”, como su lugar de nacimiento, llegó a definir toda una categoría de cervezas: pils, pilsner, pilsener … En la actualidad, más del 80% de las cervezas que se elaboran en el mundo son de este tipo.
Pero Pilsner Urquell (literalmente “pilsen de la fuente original, de Plzen”) es la única Pilsner legítima. El sello rojo de calidad con la estampa de las puertas de la fábrica, indica la autenticidad de cada botella y barril.
DESDE LA PUERTA DE LA FÁBRICA, HASTA EL CONSUMIDOR SATISFECHO
Pilsner Urquell dio notoriedad a la ciudad de Plzen, y hoy en día la pueden saborear consumidores en más de 50 países del mundo.
Para saborear una cerveza Pilsner Urquell como debe ser saboreada, tiene que distribuirse y servirse con tanto orgullo y pasión como al ser elaborada.
LOS INGREDIENTES
– Malta pálida. Hoy, como en 1842, preferimos producir nuestra propia malta en la fábrica, para que sea exactamente como debe ser. Preparada con cebada cervecera checa de cáscara fina, es el elemento principal para conseguir el famoso y característico tono dorado de Pilsner Urquell.
– Lúpulo. Utilizamos el lúpulo más exquisito del mundo, la variedad Saaz (denominación alemana para la región checa de Zatec, cercana a Plzen), por su característico aroma refinado y su aportación al tono dorado de Pilsner Urquell.
El lúpulo Saaz es algo más caro y a menudo es conocido como “el lúpulo noble”.
– Agua blanda. Tradicionalmente extraída de los acuíferos de la cuenca del Plzen, el agua utilizada en la elaboración de Pilsner Urquell es especialmente suave; lo que garantiza su agradable sabor.
– Levadura, el ingrediente “secreto”. Denominada Pilsner “H”, podemos seguir la pista de su historia hasta llegar a la misma utilizada por Josef Groll. Cuenta la leyenda que un monje la sacó clandestinamente del monasterio y se la vendió a Groll para saldar una deuda. Hoy, se sigue produciendo en la fábrica mensualmente, para asegurar los más altos niveles de fermentación de la cerveza. Aparte de la levadura (que técnicamente no es un ingrediente pues se elimina después de la fermentación) nada se añade a los tres ingredientes genuinos, garantizando la pureza de la cerveza Pilsner Urquell.
COMO DEBE ELABORARSE UNA CERVEZA
El método de elaboración de la cerveza Pilsner Urquell es diferente al de todas las demás por varios motivos, entre ellos el largo tiempo que tarda en completarse el riguroso proceso.
– Proceso de triple cocción-destilación. Durante la cocción-destilación, una “pasta” de grano de malta y agua pasa por un proceso de calentamiento. Mientras las demás cervezas realizan este proceso como máximo dos veces, Pilsner Urquell la hace tres veces, al igual que Josef Grooll en 1842.
– Calentamiento a llama viva. Se utiliza la llama directa, o “elaboración al fuego”, durante la cocción-destilación, mientras que la mayoría de los fabricantes recurren a sistemas de calentamiento eléctrico o al vapor. Gracias a esta técnica se obtiene el color dorado característico, un agradable aroma a grano tostado y un equilibrado sabor a caramelo.
– Fermentación de fondo. Desde aproximadamente el año 1600, los cerveceros bávaros, que almacenaban sus preparados en cuevas alpinas, se dieron cuenta de que la fría temperatura hacía que la levadura se posase en el fondo de las cubas, y por consiguiente se volvía más estable. También observaron que la cerveza tenía un color más pálido.
Este fue el origen de la cerveza de fermentación de fondo (“lagering” significa almacenar en alemán) y uno de los secretos fundamentales que Josef Groll se trajo a Plzen. El proceso de fermentación primaria requiere habilidad y paciencia, ya que la cerveza joven se almacena exactamente a 9º C. durante 11 días y medio.
– Maduración y almacenamiento. Originalmente, tenía lugar en las profundidades de una red de bodegas de arenisca situada debajo de la fábrica. Excavadas a mano, se extendían a lo largo de más de 9 km. En la actualidad se hace en 56 tanques de acero inoxidable de gran tamaño, regulados por controles de temperatura de la más alta tecnología.