ORÍGENES DE LA ARDOSA

Gregorio Monje con sus hijos
Rafael y Ángel

En 1892, D. Rafael Fernández Bagena creó y fundó la famosa Cadena de Bodegas LA ARDOSA de Madrid.

Propietario de la comarca vitivinícola llamada «La Ardosa» y ubicada en tierras de Toledo, D. Rafael decidió comercializar sus vinos en Madrid creando esta popular cadena que llegaría a pasar de la treintena.

LA FAMILIA MONJE COGE LAS RIENDAS

 

Gregorio, Susana y Rafael (Septiembre de 1979)

Gregorio, Susana y Rafael (Septiembre de 1979)

Si D. Rafael Fernández fue el fundador y creador de La Ardosa allá por el siglo XIX, no menos mérito tuvo D. Gregorio Monje, pues sin él, La Ardosa, que hoy todos conocemos, no existiría. D. Gregorio, carnicero de profesión, adquirió la Ardosa en el año 1970 y no fue hasta el año 1979 cuando empezó a trabajarla directamente ayudado de la valiosa compañía de Conchita, su mujer, quien llevará más tarde a La Ardosa a los más prestigiosos concursos de tortilla, y de sus hijos Rafael y Ángel.

Concha Marfil con su hijo Ángel

Concha Marfil con su hijo Ángel

Durante los años 80, la familia desarrolló una exitosa labor en este pequeño local, concentrando toda la energía en mimar y alabar la cerveza, creando y transmitiendo al cliente una enseñanza que sin duda la llegaría a convertir en un lugar único, en toda una institución cervecera en la capital. Debido a este “savoir faire” las primeras cerveceras de Europa le ofrecieron la representación y distribución de sus marcas en exclusiva para Madrid, labor que desarrolló durante mas de 15 años alcanzando ventas récord a nivel nacional con la inglesa BASS y con la alemana WARSTEINER. Además, en aquellos años la familia Monje, también fue pionera en la importación de cervezas checas, tales como BUDWEISER ó PILSNER URQUELL. Con la muerte de D. Gregorio en el año 1995, se vendió la distribuidora y los hijos continuaron con el negocio de las cervecerías. Actualmente, La Ardosa es regentada por su hijo Ángel, quién es ayudado por los magníficos consejos / toques culinarios de su madre, Concepción, y por un equipo humano a quienes él mismo forma y educa a servir la cerveza con el mismo esmero y devoción de siempre.